El Bluff

Son las 22.35h, 6.35h para vosotros. Hace un minuto, y por primera vez que estoy aquí, he visto llover en BFS. Salvador me ha hablado muchas veces de cómo llueve aquí: sólo durante unos minutos pero con una intensidad brutal. Ha durado unos 15 segundos como mucho, pero tenía razón... veremos si no tenemos que coger una panga cuando sean 10 minutos de tormenta tropical.
Una panga es una barca que aquí utilizan a manera de transporte como si fuera un autobús. Muchos de los recorridos para llegar a las zonas cercanas deben hacerse por mar porque no hay forma de ir por tierra.
Ayer fuimos a mirar los horarios de las pangas para ir hoy al Bluff, la playa más cercana a BFS, a pasar la mañana. La respuesta fue "no hay horario, se sale cuando la panga se llena". Nunca pensé que llenar una panga de 14 plazas fuera tan difícil... aunque mi mayor preocupación era marearme por el vaivén del agua de la bahía, que no estaba demasiado calmada.

La mayoría de "pangueros" ofrecen a los pasajeros chaleco salvavidas. El nuestro no, lo que me faltaba. Al llegar al puerto del Bluff, a los 10 minutos aproximadamente de salir del de BFS, había podido comprobar dos cosas: que la brisa marina y los salpicones de agua son ahí mano de santo, y lo eficiente que es la panga en velocidad y en mi salud en comparación con el ferry que cogemos para ir a Formentera (mucho más grande y en mejores condiciones) y en el que soy incapaz de subirme sin Biodramina.

El Bluff es un barrio de BFS muy particular. Está prohibido fumar, y no es porque sea un espacio público o cerrado, sino porque es un punto petrolero y las cañerías rodean las calles de la ciudad.

Al llegar, fuimos a cumplir uno de mis deseos: ver el Caribe...

...aunque no lo parece. Estaba nublado y puede que eso acompañara, pero paseando por la orilla tenía la sensación de estar dando esas largas caminatas por las playas de Gavà. Nada especial, salvo un pez moribundo en la orilla al que creo que le he salvado la vida.
Como era de esperar, el Bluff también tiene esa vegetación salvajemente verde y esos contrastes en las casas de la zona: chabolas de madera o lata al lado de casas coloridas y aparentemente bien construidas con antenas de televisión y telefonía en medio de la nada.

Al llegar al puerto para coger la panga, pudimos comprobar otras dos cosas: que nos habíamos quemado considerablemente con el sol ausente, y que hay que cambiar el chip europeo del "aquí y ahora", porque hasta que no se llena la panga, no se sale. Y ha tardado 2 horas en llenarse.
A la vuelta a casa, ducha y a comer. Aquí os dejo algunos de los menús que, casi en su totalidad, han sido obras de Salvador esta semana:
- Pollo con pimiento y ajo salteados en aceite de oliva y espaguetis.
- Col hervida y salteada con bacon ahumado y huevo frito.
- Huevos fritos con salchichas parrilleras (con especias picantes).
- Camarones salteados con ajo y arroz.

Esta noche hemos cenado fuera, pizza de nuevo, después de una siesta de esas que se te van de las manos... esas de 4 horas. Esto no es ni medio normal, qué barbaridad. Voy a volver con un cutis impresionante de tanto descanso y eliminación de toxinas.

Esta noche imagino que dormiré poco, aunque no me sorprendería si volviera a dormir otras 8 horas del tirón.

Mañana parece ser que por fin empezamos la faena aquí, veremos qué es lo que nos encontramos.

Feliz semana, besos.