sábado, 30 de mayo de 2015

Llegando de Bilwi

Es el nombre de la ciudad de Puerto Cabezas en miskito. Ya estamos en casa después de haber estado 3 días allí, y traemos buenas noticias tal y como ya imaginaba.
Nos fuimos en la única empresa de vuelos nacionales de Nicaragua: La Costeña. Nadie escoge asiento, así que en cuanto visualicé asientos libres detrás del comandante y piloto me fui flechada hacia allí. Es una avioneta la que en esta ocasión nos llevó hasta Bilwi, y las vistas desde ahí eran espectaculares.








A la hora llegamos al aeropuerto de Bilwi y como no nos esperaba nadie, cogimos un taxi hacia la Alcaldía a ver a Liza, la responsable de cooperación externa. Posteriores presentaciones y ajustes de agenda con el alcalde, fuimos al hotel a dejar la maleta y a comer, porque Salvador tiene la costumbre de no desayunar y después pasa esto, que yo tengo el estómago lleno de leche y cereales y él de aire durante horas. Fuimos a un restaurante que nos habían recomendado los psicólogos del CAPS: Kabu Payaska. Junto a decenas de palmeras y el mar caribeño a pocos metros de nosotros, una comida estupenda.




Filete de pescado a la plancha con banano maduro frito y arroz.



Después de comer nos acercamos a la única calle comercial de Bilwi. Empezamos por una punta y vimos un estadio de béisbol en el que nos encontramos a grupos de jóvenes entrenando. Caminamos después hasta el único supermercado, mucho más caro que los de BFS, el MINSA (Ministerio de Salud) y el parque central donde pudimos ver al alcalde presentando un nuevo plan de turismo. Pasear por Bilwi, a pesar del calor que hacía, fue liberador después de pasar casi un mes paseando por las estrechas y destrozadas calles de BFS. Aquí las calles son anchas, están bien asfaltadas, las casas no se apelotonan ni hay pisos de más de 2 plantas.







Se acercaba la noche y preguntamos por algún lugar donde poder ver la puesta de sol. Nos mandaron al Malecon, un bar-centro recreativo que resultó estar de espaldas al sol. Mi gozo... aún así, fue una de esas tardes con Salvador que sé que no olvidaré.




Fuimos a cenar pizza a un sitio llamado Wachi's (me encanta el nombre, tan wachi chachi...) y como en casi todos los lados en Nicaragua, tuvimos que esperar unos 45 minutos hasta traernos la comanda. Aún así, es el lugar al que hemos ido a comer que más me ha gustado hasta ahora: lugar luminoso con bonitos detalles marineros, buena pizza para comer (¡pizza!), temperatura agradable y la música perfecta para mí.




Al día siguiente pedimos el desayuno típico nicaragüense: el gallo pinto. Es arroz con frijoles, y va con el añadido de lo que sería un desayuno continental: huevos y bacon. No me gustó demasiado, quizá porque estoy demasiado acostumbrada a mis desayunos mediterráneos.



Salvador iba a tener un encuentro con los alumnos de Psicología a las 9h en la URACCAN de Bilwi, la única que cuenta con carrera universitaria de Psicología también, y la verdad es que me encantó esta universidad. Su amplitud de espacio, su distribución, sus instalaciones, su gente... hubo preguntas interesantes y se mostraron muy agradecidos con la visita.






A las 14h teníamos reunión con el alcalde, vicealcaldesa y Liza en la Alcaldía, y allí estuvimos todos puntuales para empezar la reunión (raro por parte de los nativos). No duró mucho más de una hora, en la que se trataron otros temas como la imposibilidad de establecer una línea directa por avión Bilwi-Miami (que está a 2h) sin que antes tenga que hacer escala por la capital, Managua (con lo que ya pasamos, sin contar esperas en la escala, a 5h de avión). El tiempo que estuvimos en la Alcaldía fue toda una experiencia, una curiosidad cumplida. Bien por el alcalde, que nos animó sin dudarlo a llevar el proyecto del CAPS adelante cuanto antes.

Hecha la reunión, nos quedó la tarde libre para descansar y escoger restaurante para cenar. Y escogimos bien, de nuevo Kabu Payaska. Durante el tiempo que estuvimos en la ciudad me fijé que utilizaban la palabra "Kabu" en muchas tiendas y restaurantes, y me dijeron que significaba "mar", y Payaska es "viento que viene del mar". Fuimos a cenar entonces, por traducirlo a nuestro vocabulario, a "Brisa Marina". Camarones empanizados (rebozados) con mayonesa, la guarnición era la misma que la del día anterior.


Y con un desayuno continental al día siguiente y un momento de tranquilidad y soledad en unas escaleras de madera del hotel con vistas al Caribe, volvimos a BFS.


Y aquí estamos a la expectativa de la fiesta del Palo de Mayo, que ya pudimos ver ayer un poco, y esperando mañana la visita de Moisés para comer y Palo de Mayo de nuevo y Tulululu hasta que anochezca.

Feliz tarde de sábado, en especial a los Montoya que hoy están de celebración. Feliz añito para Marc y a su guapísima mamá, que cumplió años el 18 pero me adelanté por WhatsApp. También para mi tita Mari Carmen, que era la que más temía que viniera a BFS y aquí estoy, felicitándote desde este lugar que te enseñaba por YouTube para tranquilizarte (mujer de recursos...). Cada vez que paso por la calle del vídeo me acuerdo de ti, que tengas un feliz día mañana.
Y hoy aquí es el día de la madre Nica, y aunque no seas Nica... feliz día mama, espero que el libro lo tengas listo ya, que llevo faena para ti cuando vuelva. De ti me acuerdo todos los días.
Muchos besos.


miércoles, 27 de mayo de 2015

Viaje a Bilwi

Aprovechando que no llovía, el domingo salimos a pasear por primer barrio que se conoce de BFS: Punta fría. Aquí es donde nos alojamos también, en el barrio creole. Las calles son más anchas que las del centro y las casas son grandes, tipo urbanización norteamericana pero a la nicaragüense. Preguntamos por el idioma de este cartel y la respuesta fue "está en español". Claro que sí. Nosotros intuimos que debe ser miskito.


En la puerta exterior de una casa encontramos esta pintura que representa el famoso Palo de Mayo, que por fin podremos vivirlo este fin de semana.


Nos adentramos a través de caminos estrechos a un barrio totalmente distinto al que existe metros más atrás. Casas hechas de placas onduladas de aluminio, hamacas colgadas en los árboles en las que seguro que alguien duerme por las noches, un pequeño mercado de fruta y verdura en toda la zona,... Estéticamente un contraste cautivador, pero funcionalmente una pena.




Para comer, como muchos domingos en casa, arroz. Aquí arroz adaptado a BFS, con camarones, pimiento y a la sartén.


La tarde la pasamos trabajando y en casa. Hacía sol y cuando no es necesario salir de casa, mejor no salir. El invierno no baja de los 30º de temperatura aunque se caiga el cielo de la lluvia.
El lunes por la mañana teníamos un gran evento en el CAPS: un encuentro con los finalistas de Psicología (los alumnos de último curso) en el que Salvador volvió a explicar entre otras cosas y con su característico humor (la charla la tituló: ¡qué bueno, voy a ser psicólogo!), el quehacer y el qué no hacer de los psicólogos, algo que tengo ya tan interiorizado que me fascina.


Al salir, la ciudad nos devolvió a la realidad con un buen baño que esta vez pudimos esquivar en la única calle del centro de la ciudad que está en obras.


Al acabar de trabajar, sin el sol encima y con una brisa agradable, suele ser el momento perfecto para dar un paseo. Hemos disfrutado varias veces del momento más relajante y radiante para mí: la caída del sol. Y la simple vista de las nubes desde aquí es tan nítida... cuánta belleza. Aquí dos instantáneas de la noria en Parque Reyes y del puerto, sitios a veces abarrotados del gentío y a veces solitarios y tranquilos como lo son cuando va llegando la noche.



Mañana nos marchamos a Bilwi (Puerto Cabezas), al norte de Nicaragua. Es una comunidad miskita, y vamos a reunirnos con algunas de las autoridades interesadas en la creación de una réplica del CAPS blufileño. Nos han avisado de que la ciudad podrá parecernos algo más precaria y más rústica que BFS. El viernes estaremos de vuelta con cosas que contar y enseñar, y seguro que con buenas noticias como las que me llegan de España estos días (os leo, releo, echo de menos y quiero).
A las 21.08, 5.08h allí... bon dia, besos.

sábado, 23 de mayo de 2015

Llegó el fin

En tres días, la ciudad ha pasado de ser una sauna 24h con un sol que pega incesante a nubes con aparentes cubos de agua que van volcando a ratos. Hemos pasado del verano al invierno (sólo hay dos estaciones) de un día para otro y a las flores, como a mí, no parece gustarles demasiado.



A parte de seguir con las sesiones de prevención, comunidad terapéutica y un encuentro con los enfermeros, estos días hemos estado preparando un viaje a Bilwi (Puerto Cabezas) para la semana que viene. Tenemos que reunirnos allí, y de paso conoceremos el norte del país.
Ayer tuvimos dos visitas: fuimos a casa de Luis, amigo de Salvador, que tenía un libro para él: Etnicidad y nación, sobre el desarrollo de la autonomía de la costa atlántica de Nicaragua. Le dedicó el libro y también su mujer, en japonés. Aquí Laura en japonés:


También, después de unas horas interesantes moviendo hilos por parte de Salvador, apareció la artista de la flor con su obra: ya es suya. Se sentó con nosotros unos minutos y pudimos entender mejor por qué hay gente que, a pesar de tener mejores oportunidades de vida en el extranjero, sigue escogiendo esta. Y una de las razones es su sentimiento de compromiso en la mejora de la ciudad "hay muchas cosas que hacer aquí" decía. Que los jóvenes aquí no pierdan la esperanza es admirable.
Ayer por la mañana visitamos el Hospital Ernesto Sequeiro, de hecho el único que hay. Tal y como me habían comentado, precario y nada agradable, excepto la nueva unidad de Oncología, donde sí se respira paz. La diferencia entre la zona general y esta unidad es un poco preocupante.



Cuando acabamos la visita, fuimos a ver las dos universidades de BFS: la BICU (Bluefields Indian & Caribbean University) y la URACCAN (Universidad de las Regiones Autónomas de la Costa Caribe del Atlántico Nicaragüense).
En la BICU se estudia Magisterio, Derecho, Ecología, Enfermería y Medicina. No hay lugar para los psicólogos aquí, pero aún así tiene buenas instalaciones excepto en las clases y su acondicionamiento.




La URACCAN tiene unas vistas de la bahía impagables. Sus instalaciones son algo mejores que las de la BICU y lo más importante... de aquí sí salen psicólogos. Está construida a las afueras y da la sensación de estar en un retiro espiritual.






Y por fin, llegó el "fin". Así es como llaman aquí al fin de semana, y el mío comenzó con un tour por la noche blufileña con la encantadora Kathy, una de las psicólogas del CAPS.
Primera parada: Lalá. Un bar musical con vistas a la bahía decorado con carteles de los diferentes municipios de la RACCS. Es un lugar con encanto, con una curiosa manera de presentar las copas:



Segunda parada: Cima Club. Una ranchera detrás de otra, también alguna canción con ritmos reggae. Los hombres no bailan, y si lo hacen es porque la chica le lleva a rastras a la pista. A pesar de tener la música lo bastante alta como para que la gente se fuera animando a bailar, prácticamente nadie se levantaba de su silla.
Tercera parada: Stragos. Dicen que es un sport bar, acuden los fanáticos de todo tipo de deporte a ver su liga favorita a diario. Estaba lleno de chicos, las únicas mujeres que habían eran acompañantes de estos, y Kathy y yo. El bar estaba decorado con banderas de todos los escudos y bufandas de todos los equipos de fútbol, béisbol, baloncesto, fútbol americano... música de todo tipo en una gran pantalla dentro del local.


Cuarta y última parada: 4 Brothers. Es un rancho-discoteca donde ponen desde reggae, calypso, socca, a música del Palo de Mayo (canciones con un ritmo caribeño muy especial) y reggaeton.
Allí me encontré con nuestras vecinas, dos chicos de Andalucía y otro de Michigan, que casualmente conocía a Kathy de un congreso. Si el mundo es un pañuelo, BFS lo es más todavía... allí pasamos el resto de la noche con buen ambiente, buena música y buena compañía. A nuestro alrededor, parejas bailando de una forma totalmente sexual. Mira que se ven cosas por la noche, pero esto es indescriptible. Aún no he encontrado las palabras.


Termino con gastronomía, cómo no... una buenísima paella a la blufileña con zanahoria, pimiento y chorizo ahumado y nuestro plato de hoy, pollo al curry con brócoli. Sé de alguno que debe estar echando de menos este manjar.



Bona nit, a nosotros nos espera una soleada tarde aquí. Besos.